Santo Domingo.- La acrofobia o miedo a las alturas es una de las fobias más comunes a nivel mundial. Es por esto, que son pocas las personas que se arriesgan a escalar un lugar que esté relativamente alto.
Thais Herrera, es una montañista que reta a lugar más alto del mundo, el Everest. El pico, situado en la cordillera del Himalaya en Asia, está a unos 8,848 metros.
Sin embargo, en República Dominicana hay una mujer que intenta pertenecer a un porcentaje mínimo de la población mundial, que buscará escalar las siete cimas más altas del mundo.
Al momento sólo 74 personas en el mundo han logrado este reto, 15 de ellas mujeres.
La expedición hacia Everest iniciará con un viaje a Ecuador, donde estará durante ocho días para aclimatarse antes de la subida. Escalará por su cara Norte, en Tibet, en un recorrido que durará aproximadamente siete semanas. Se hará acompañar de Paul Guerra, un experimentado montañista y guía ecuatoriano, con quien ha escalado otras montañas anteriormente.
“Esto es un reto que inicia en mi país, y que también terminará aquí. Luego de esas siete semanas voy a subir al Pico Duarte para ondear mi bandera en mi tierra”, dijo Thais en el marco de un conversatorio con la prensa e invitados la tarde del pasado jueves en las instalaciones de Helados Dude.
Tras su parada en ecuador, volarán a Katmandú la primera semana de abril para completar los procesos de preparación y partirán a Tíbet a iniciar la escalada.
El proceso toma tanto tiempo ya que deben realizarse rotaciones de altura a fin de preparar el cuerpo a la elevación. Se espera escalar a la cima del Everest en la segunda semana de mayo.
En enero, Herrera escaló la Macizo Vinson, la montaña más alta de Antártica, siendo la primera dominicana en poner los pies en esa cumbre. Luego de 12 días, subió a la zona más alta del Polo Sur, otra hazaña jamás realizada por un quisqueyano.
El Vinson, como también le suelen llamar, es la sexta montaña más grande del mundo. Herrera también ha subido el Monte Elbrús (Europa), el Denali, situado en Norteamérica, y la más alta de Sudamérica, Aconcagua.
“El apoyo que me brindan mis familiares, mi madre y mis hijos es la gasolina que necesito para estas travesías. Además, sé que mi esposo Domingo estaría orgulloso de lo que estamos haciendo como familias y dominicanos”, expuso la montañista.