Hoy se cumple un año del brutal asesinato del estudiante dominicano de 15 años de edad, Lesandro Guzmán Feliz (Junior), por pandilleros de Los Trinitarios, de los cuales, 5 de 14 acusados, fueron declarados culpables por un jurado el viernes pasado y enfrentan cadena perpetua.
Junior, como era conocido, bajó del apartamento y le entregó cinco dólares a Jason Vélez.
Ya estando abajo aprovechó para ir a una bodega que estaba cerca de su casa. Pero no sabía que este sería el lugar donde minutos después sería asesinado a manos de miembros de la pandilla “Los Trinitarios”.
Cerca de la medianoche, Junior fue sacado a la fuerza y arrastrado del local ubicado en la esquina de la avenida Bathgate con la calle East 183, en El Bronx, Nueva York.
En un momento intentó refugiarse en el comercio, pidió ayuda del dueño del negocio, pero esta fue negada. Ya cuando estuvo fuera recibió múltiples puñaladas y machetazos, en diferentes partes del cuerpo.
Con las pocas fuerzas que le quedaba, Lesandro, de 15 años, entró nueva vez al negocio para que llamaran al servicio de emergencias 9-1-1, pero nueva vez el propietario le negó la ayuda.
Así que en ese momento el adolescente no tuvo más opción que caminar por varias calles, moribundo, para llegar al hospital Saint Barnabas. Una ambulancia estaba a un minuto de distancia, pero a pie es un recorrido de cuatro minutos. A pesar de que se le hacía difícil caminar, Lesandro siguió pero perdió el conocimiento a pocos metros del centro médico.
Ahí una persona lo vio y este, antes de morir, le dijo que quería agua. La razón de esto era porque había recibido una herida en la garganta y tenía mucha sed.
Al poco tiempo Lesandro fue declarado muerto.
Aun cientos de comunitarios del sector Belmont en El Bronx, mantienen el rechazo a la bodega donde un 20 de junio del 2018 se realizó el brutal asesinato al adolescente.
Mientras se preparan los homenajes que recibirá Junior hoy, los vecinos del área, se niegan a comprar en el establecimiento que tuvo que ser vendido rápidamente por su dueño original, el hondureño Cruz, que mantenía la bodega con nombre de “Cruz Chiky Grocery” en la calle 183 y avenida Belmont, donde Junior entró desesperado a buscar ayuda, para evitar ser asesinado, pero el bodeguero se lo entregó a los pandilleros.
Muchos residentes, afirman que las imágenes que han visto en las que aparecen los matones arrastrando al niño fuera de la bodega, nunca se borrará de sus mentes.