BRASILIA, BRASIL.- Jair Bolsonaro y su Gobierno fueron recientemente denunciados por entidades religiosas e indígenas ante las oficinas de Derechos Humanos de la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) por un posible mal manejo de la pandemia del coronavirus en Brasil, el tercer país con mayor cantidad de contagios.
El texto fue firmado por la Conferencia Nacional de Obispos, el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas, el Consejo Indigenista Misionero, el grupo Franciscanos Internacionales y la Fundación Luterana de la Diaconía. La intención de estas organizaciones fue pedir a los organismos multilaterales algún tipo de presión para que el Ejecutivo revise sus políticas sanitarias.
«De cada diez personas muertas en el mundo por covid-19, una de ellas es de Brasil», subrayaron en la carta. También alertaron sobre una aparente «conducta política, económica y social contradictoria, negacionista e indiferente al dolor, que está amplificando las profundas desigualdades».
Al respecto, puntualizaron que las personas más afectadas por esta postura gubernamental son los indígenas y afrodescendientes, «fortaleciendo así el racismo estructural». Incluso consideran que el agravamiento de la emergencia se debe a recortes presupuestarios previos: «La Ley de Techo de Gasto, por ejemplo, dificulta la inversión pública y contribuye al aumento de las desigualdades con la privatización de servicios esenciales».
A su vez, respaldaron «las más de 60 peticiones de destitución del presidente, en particular por los crímenes de responsabilidades con respecto a la política de salud en tiempos de pandemia».
Por último, destacaron que hoy en Brasil «se recurre ampliamente a las noticias falsas con el propósito de reducir la adhesión popular a las recomendaciones de salud basadas en evidencias científicas y promover el activismo político contra las medidas de salud pública necesarias para contener el avance del covid-19″.
RT.