La Corte Suprema brasileña le negó este martes una vez más la libertad al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Por tres votos contra dos, los jueces de la segunda sala del Supremo Tribunal decidieron que el expresidente, preso por corrupción desde el 7 de abril del año pasado, deberá continuar en prisión cumpliendo una pena por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Al inicio de la sesión de este martes, Gilmar Mendes había propuesto que el ex presidente fuera liberado hasta que el pedido de «habeas corpus» fuera juzgado por la Corte.
La declaración del juez del STF ocurrió en el contexto de severos cuestionamientos al proceso que resultó en la condena de Lula a 12 años y medio de prisión por corrupción activa y lavado de dinero.
Grabaciones de diálogos entre el ex juez y actual ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro, con los fiscales de la Operación Lava Jato (Lavadero) en la época del juicio en primera instancia contra Lula, divulgados por el sitio «The Intercept» Brasil, abrieron dudas sobre la neutralidad del magistrado.
Para la defensa del ex presidente, su condena debería ser anulada a partir de que el ex juez Moro no tuvo la imparcialidad necesaria para juzgar las acusaciones.
En julio de 2017, Moro condenó a Lula a nueve años y seis meses de prisión por los delitos de corrupción pasiva y asociación ilícita.
Lula está preso tras haber sido condenado en el proceso del triplex de Guarujá, una causa en la que la justicia lo encontró culpable de haber recibido un apartamento y una serie de refacciones en el inmueble como pago de una coima de una empresa constructora.
Los abogados de Lula acusan a Moro, quien lo condenó en primera instancia cuando se desempeñaba como juez en Curitiba, de parcialidad y reclaman la anulación de la condena.
Pese a que la defensa de Lula centra sus críticas en Moro, exmagistrado de primera instancia, posteriormente la justicia ratificó la condena y amplió la pena en instancias posteriores.
El año pasado, Moro dejó la magistratura y en enero asumió como ministro de Justicia de Bolsonaro.
En los últimos días, los abogados de Lula volvieron a la carga contra Moro luego de que el sitio The Intercept publicara una serie de presuntas conversaciones privadas entre el ministro y fiscales del Lava Jato.
Según el sitio de noticias, las conversaciones, aportadas por una fuente no identificada, mostrarían que Moro coordinó toda la estrategia de la acusación durante el proceso que condenó a Lula.
Los abogados del expresidente pidieron al Supremo Tribunal que se adjunten esas conversaciones al pedido de hábeas corpus que cuestiona la falta de parcialidad de Moro, presentado en 2018.
El ministro de Justicia no ha reconocido la autenticidad de las supuestas conversaciones, que habrían sido obtenidas luego de una serie de hackeos sobre celulares de varios fiscales. Moro dice que se trata de un ataque criminal contra las instituciones brasileñas y niega haber cometido cualquier tipo de ilegalidad.