BRASILIA, BRASIL.- El reconocido grupo de fiscales brasileños que dirigió la operación “Lava Jato” fue desmantelado oficialmente este miércoles, lo que representa el simbólico final de una unidad de investigación que fue elogiada en un principio por su labor en el combate a la impunidad entre la élite política y empresarial del país, y que posteriormente se vio abrumada por acusaciones de ser parcial en sus indagaciones.
La operación “Lava Jato” inició en marzo de 2014 para indagar las transacciones en el mercado negro que involucraban a una estación de gasolina de la capital, Brasilia. Pero no tardó en descubrir sobornos por miles de millones de dólares relacionados con contratos de construcción otorgados por la petrolera estatal Petrobras.
Los investigadores descubrieron que buena parte de los fondos ilícitos fueron a parar a las arcas de partidos y a los bolsillos de los políticos.
La unidad compartió sus hallazgos con otras naciones, lo que apoyó la lucha anticorrupción en toda la región.
Los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Alejandro Toledo, de Perú; Ricardo Martinelli, de Panamá; y Mauricio Funes, de El Salvador, fueron enviados a prisión como resultado de las investigaciones, al igual que algunos de los principales ejecutivos de importantes compañías constructoras como Odebrecht, Andrade Gutiérrez, Queiroz Galvão y Camargo Correa. Odebrecht cambió recientemente de nombre a Novonor.
La fiscalía federal del estado de Paraná señaló en un comunicado que los nueve miembros del grupo fueron reasignados a la unidad Gaeco, que combate al crimen organizado. Cinco de ellos seguirán realizando investigaciones de Lava Jato, mientras que el resto asumirá obligaciones completamente distintas.