WASHINGTON, Estados Unidos – Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, subrayó este miércoles en Ecuador tres retos fundamentales que afronta la democracia en la región, como son la corrupción, la seguridad civil y el desafío económico y social.
En una visita oficial al país andino, el diplomático estadounidense dio un discurso en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) titulado “Haciendo que la democracia cumpla con los americanos”, en la que habló de la “habilidad de nuestras democracias de cerrar la brecha entre lo que prometemos y lo que hacemos”.
Reconoció el descrédito y retroceso que han vivido las democracias en el mundo y la región, aunque, enfatizó que el 63% de los latinoamericanos la consideran el mejor sistema de Gobierno.
CORRUPCIÓN DESAFÍO GLOBAL
“Venimos con ideas, pero de igual importancia, venimos a escuchar con humildad”, sostuvo el secretario de Estado antes de enumerar tres cuestiones que Estados Unidos considera críticas en el hemisferio y que deben atajar las democracias.
Refirió el reto de la corrupción, problema que representa hasta un 5 % del PIB global, según comentó.
“Profundiza la inequidad e impacta en la falta de confianza en el Gobierno”, acotó al señalar que gran parte de los últimos levantamientos sociales en el mundo tuvieron como eje catalizador la corrupción, “que drena recursos del Estado que pueden ser dedicados a colegios, hospitales”.
Blinken recordó que el presidente Joe Biden considera el combate a la corrupción una cuestión central y que en la Cumbre de las Américas de 2018 los mandatarios del hemisferio se comprometieron a adoptar medidas concretas al respecto, y que Washington busca acciones coordinadas en esa lucha con la UE, el G7 y la OCDE.
“Como la corrupción no tiene fronteras, ningún país puede combatirla solo, sin ayuda de otros países, por eso estamos desarrollando nuevas herramientas y programas para mejorar la capacidad de los gobiernos, de periodistas de investigación, activistas anticorrupción”, aclaró.
El segundo reto al que aludió fue el de la seguridad civil y concedió que su país ha invertido durante décadas para combatir al crimen transnacional a través de equipamiento y capacitación a las fuerzas de seguridad, a la luz de que “Latinoamérica y el Caribe es la región más violenta del mundo”.
Sin embargo, aseguró que EE.UU. se han centrado “demasiado en los síntomas y poco en las razones”, algo en lo que se está trabajando “para corregir ese desequilibrio” y lograr que las poblaciones que piensen que no hay otras opciones más que recurrir a actividades ilícitas tengan mayores posibilidades.