El gobierno estadounidense anunció el lunes que solo aceptará solicitudes de asilo, en la frontera sur, de migrantes que hayan pedido el beneficio y se les haya negado, en al menos un tercer país, que hayan atravesado en su ruta a EE.UU.
El gobierno de Trump afirma que quiere frenar el flujo de solicitantes de asilo que llegan a la frontera sur. La mayoría son centroamericanos que han viajado a través de México y Guatemala en camino hacia EE.UU., aunque algunos provienen de Cuba, Venezuela y África.
En un comunicado en conjunto el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional dijeron que la nueva norma establece un «estándar» para los inmigrantes que intentan llegar al país por la frontera sur estadounidense, «al fijar más restricciones o límites de elegibilidad para los extranjeros que piden asilo en Estados Unidos».
La nueva norma publicada en el Registro Federal deberá entrar en vigencia el martes y se aplica incluso a niños que hayan cruzado la frontera solos.
El secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, Kevin K. McAleenan, fue citado en el comunicado conjunto: «Si bien la reciente financiación suplementaria es absolutamente vital para ayudar a enfrentar la crisis, la verdad es que no será suficiente sin cambios específicos en el marco legal de nuestro sistema de inmigración».
Además indicó que la nueva medida «ayudará hasta que el Congreso pueda actuar».
La norma en cuestión tiene algunas excepciones, entre ellas las víctimas de tráfico humano, los migrantes que atraviesen algún país que no haya firmado los tratados internacionales importantes que rigen la gestión de los refugiados, así como los que solicitaron protecciones en otro país y les fueron negadas. Estos casos todavía podrían solicitar asilo en Estados Unidos.