SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Mientras el Poder Ejecutivo insiste en controlar las actividades nocturnas con restricciones de horarios, el desacato a la autoridad parecería ser el nuevo entretenimiento para muchos.
Las fiestas clandestinas se multiplican cada fin de semana en diferentes localidades del país, con la advertencia de participantes de que aún sean detenidos los «teteos» continuarán.
Música, bebida y cientos de personas una casi encima de la otra caracterizan éstos encuentros. Lo que para algunos es una simple distracción, para otros es una forma de medir fuerzas con el gobierno por la dura situación económica que atraviesa el país.
A pesar de estar consientes de que la crisis en gran medida se debe al impacto de la pandemia, muchos se rehúsan a colaborar para detener la enfermedad. Otros aún cuestionan la existencia del virus.
Cuando el país se acercaba a la mayor apertura desde la llegada la pandemia, en mayo, una tercera ola de Covid-19 atribuida a los teteos, llevó al gobierno a apretar la tuerca con el toque de queda en las 25 demarcaciones con mayor incidencia del virus.
Pese a que el control de movilidad fue enfurecido por una semana, con la tercera prórroga que entra en vigencia desde este jueves hasta el 30 de junio se completa un mes.
Durante está semana las actividades comerciales seguirán limitadas hasta las 6 de la tarde y la circulación hasta las 9 de la noche todos los días.