SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Crisis económica y sanitaria producto de la pandemia por el COVID-19, el presidente Luis Abinader cumple 54 años este lunes, en medio de retos para llevar su mandato a flote.
Su esposa, la primera dama Raquel Arbaje felicitó a su amado vía Twitter, agradeciendo a Dios por estar en su vida.
No soy de celebrar cumpleaños, mas hoy, agradezco a Dios estar en tu vida y la alegría de verte cumplir el anhelo de trabajar por el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo, como lo vienes haciendo. pic.twitter.com/HMTTluq76B
— Raquel Arbaje (@raquelarbaje) July 12, 2021
Al igual que yo, también agradezco a Dios por tu compañía en esta lucha por el bienestar de mi pueblo y una mejor nación. TQM https://t.co/sQinBzuLzq
— Luis Abinader (@luisabinader) July 12, 2021
Nacido en Santo Domingo en el 1967, el jefe de Estado asumió la Presidencia el 16 de agosto del 2020 luego de ganar unas inusuales elecciones el 5 de julio, por los protocolos sanitarios y ganando la victoria al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que permaneció 16 años en el tren gubernamental.
Retos
La pandemia ha sido la mayor prioridad para el gobernante, con numerosas imposiciones de medidas restrictivas e incentivar a los ciudadanos a vacunarse contra el virus, así ha buscado el mandatario combatir el COVID-19 que ha dejado 3,892 muertos y 333,681 contagiados desde que inició en el país en marzo del 2020.
- Un nuevo modelo de gobernanza y comunicación para promover y practicar inclusión, transparencia y cercanía real con la ciudadanía: la administración de su antecesor, Danilo Medina, daba la impresión de enfocarse en resaltar cuán popular era el presidente en comparación con sus homólogos regionales, pero en realidad Medina le hablaba a la ciudadanía y a la prensa con una frecuencia parecida a la de Kim Jong Un a los norcoreanos. El modelo de gobernanza 4.0 en Twitter que Abinader deja ver durante la transición es uno que agrada a los jóvenes, que Nayib Bukele desarrolla con éxito en El Salvador y Trump ya lo hacía en Estados Unidos. Los gobiernos no tienen que ser tan formales.
- Relanzar la economía: profundizar la relación con los sectores productivos, desarrollando alianzas público-privadas en una relación ganar-ganar. La política exterior debe ayudar para atraer inversión extranjera y el gobierno debe observar de cerca su espacio fiscal y promover un entorno empresarial óptimo, respaldado por la seguridad jurídica, que hará apetecible a los extranjeros el clima de inversión. Mantener los empleos existentes y la generación de nuevos. Titánico, pero posible.
- Eficiencia pública: reducir el aparato estatal para fortalecer la eficiencia con la eliminación/fusión de instituciones para reubicar funciones duplicadas de entes y órganos inoperantes, con una reorganización del Estado que reoriente el gasto público a sectores de primer orden: salud. Plantearse que en 10 años el Estado deje de ser el principal empleador, creando una incubadora de Pymes. República Dominicana sería un Silicon Valley del Caribe para diversificar la dependencia del turismo, sector vulnerable a las pandemias.
- Eliminar las famosas “bocinas”: disminuir la publicidad gubernamental, reorientando estos fondos a áreas prioritarias. Los medios deben hacer su trabajo y el Estado el suyo. Periodistas que como ‘mercenarios mediáticos’ crean opinión pública irresponsable,distorsionan la realidad de las cosas y dañan la democracia, el micrófono también puede ser una arma mortal. (En República Dominicana, los periodistas enganchados en la nómina pública reciben el poco ilustre apodo de bocinas).
- Menos botellas, más capital humano: una administración pública más eficiente se logra colocando a los más capacitados. En el imaginario social, las botellas representan otra modalidad de servicios cobrados no prestados.
- Relanzar la política exterior: fortalecer lazos con Estados Unidos como principal socio comercial, así como con otros socios estratégicos en el marco de una política coherente, proactiva, no sólo reactiva y que anticipe escenarios. Una ‘política exterior inteligente’ como el mismo Abinader la ha llamado. Solo en los Estados Unidos de América residen 2,1 millones de dominicanos. En conjunto con los Ministerios de Cultura y Turismo, debe diseñarse un plan ambicioso para crear un puente cultural entre la diáspora y la Patria. Una generación de ellos no visita la isla, otros con poca frecuencia y algunos apenas se aventuran a improvisar tres palabras en español: dominicanidad extendida y más remesas. El próximo canciller, designado por Abinader, el Sr. Roberto Álvarez Gil, ha hecho énfasis en la protección y acercamiento con los dominicanos en el exterior.
Lo esperado, Primero la gente:
- Auditorías en todas las instituciones;
- Combate al clientelismo, especialmente en las compras y contrataciones;
- Que enfrente la corrupción a través del nombramiento de un procurador general independiente;
- Que la investigación a la planta de carbón Punta Catalina y al caso Odebrecht sean la carta de presentación de la voluntad política del nuevo gobierno;
- Que el nepotismo no tenga cabida en esta administración y que los puestos públicos sean justificados por el trabajo;
- Mayor y mejor inversión en salud y educación;
- Continuidad de los programas sociales, pero manejados -ojalá- de manera eficiente;
- Modernización de los cuerpos especializados, en especial la Policía Nacional (sí, con mejores salarios)
A lo que se enfrenta:
- A llenar las expectativas de la ciudadanía que votó arrastrando un saco lleno de sueños;
- A una economía maltratada por la pandemia, con efecto inmediato en el turismo y en los empleos;
- A recurrir a los préstamos para dinamizar la economía y cubrir el déficit heredado por la administración anterior en un contexto con disminución de las recaudaciones, mientras su equipo financiero tendrá que hacer los ajustes de su espacio fiscal sin improvisación;
- A gobernar con ciudadanos empoderados y una sociedad civil vigilante a las promesas y hambrienta por justicia: cero corrupción.