El fiscal especial anunció este miércoles su renuncia al Departamento de Justicia en su primera declaración pública luego de haber finalizado la investigación en torno a los lazos entre Rusia y la campaña de Donald Trump, en un mensaje en el que destacó que no se pudo determinar si es que el presidente cometió un crimen, pero no tiene la seguridad de que no lo hizo.
El investigador recordó también que los lineamientos del Poder Judicial le impiden presentar cargos por crímenes federales contra un presidente en funciones, aún bajo procesos sellados. «Acusar al presidente de un delito no fue una opción que pudiésemos considerar. Sería injusto acusar a alguien de un crimen cuando no se puede llegar a una resolución judicial de los cargos», añadió.
En cuanto a las acciones de Trump, señalado por posible obstrucción a la justicia, expresó: «Si hubiéramos tenido la seguridad de que el presidente claramente no cometió un crimen, lo hubiéramos dicho. Sin embargo, no hicimos una determinación sobre si el presidente sí cometió un crimen».
Además, consideró que no sería apropiado que testifique ante el Congreso, como lo ha solicitado la Cámara de Representantes, bajo control de la oposición, y aclaró que cualquier declaración no iría más allá de lo señalado en el reporte. «Espero que sea la única vez que me refiero a este tema», indicó, sin responder preguntas de los periodistas presentes.