Suman 45 años de prisión las condenas a tres haitianos que violaron a dos mujeres en Santiago
SANTIAGO.- La Fiscalía de Santiago obtuvo 15 años de prisión por cada uno de tres hombres de nacionalidad haitiana que violaron sexualmente a dos mujeres, a las cuales ataron de pies y manos, y amenazaron a fuerza de armas de fuego, luego de irrumpir en la casa donde las víctimas dormían en el sector La Ciénaga, al norte de Santiago, en hechos que ocurrieron en octubre del año 2019.
Las juezas del Primer Tribunal Colegiado, Wendy Tavárez, Deyanira Méndez y Claribel Mateo, hallaron evidencia probatoria en la acusación que contra Gile Ademar y/o Yene Adimar; Jackson Pie y/o Jacson Pie y Joseph Vixamar (Vicsama), presentó la Fiscalía de Santiago, representada en audiencia por la fiscal Jenniffer Rodríguez.
En su discursiva frente al tribunal, la litigante del Ministerio Público subrayó que los acusados se enfrentaban a cargos por constituirse en asociación de malhechores para cometer violencia basada en género, tortura y actos de barbarie, violación sexual con uso de armas de fuego y robo agravado, en perjuicio de dos mujeres, de cuyas identidades se hace reservas para evitar su revictimización y respetar su derecho a la intimidad.
Valiéndose de las pruebas que se recolectaron en la escena de los hechos y en el curso de la investigación que se extendió durante varios meses, la fiscal Rodríguez logró probar que los acusados cometieron hechos criminales que se sucedieron uno tras otro en lo que jurídicamente se define como un crimen seguido de otro crimen.
Los delitos citados constituyen transgresión a los artículos 265, 266, 309-1 y 309-3, literal C; 303-4, 331, 379, 381, 382, literales D, E y G; 385 y 386 del Código Penal Dominicano.
Sobre los hechos, el Ministerio Público explicó que los acusados, violentando la seguridad, la privacidad y la propiedad ajena, rompieron hierros e irrumpieron en la residencia de las víctimas y usando armas de fuego las obligaron a guardar silencio, al tiempo que las amenazaban de muerte y las amarraron de pies y manos, además de amordazarlas, seguido de lo cual las violaron sexualmente por turnos.
A las amenazas de muerte, hostigamiento y presión psicológica, le siguió la burla de los delincuentes que, en un acto vejatorio y abusivo, sacaron agua de la cisterna de la residencia y se bañaron, huyendo más tarde con electrodomésticos y una motocicleta, entre otras pertenencias.