NUEVA YORK.- El presidente Luis Abinader presentó tres acciones urgentes y necesarias para la región y la República Dominicana durante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El cambio climático, el endeudamiento y la crisis en Haití, fueron las tres propuestas del mandatario en la 76 asamblea de las Naciones Unidas que reúne a líderes mundiales.
- República Dominicana, como Pequeño Estado Insular en Desarrollo, es uno de los países que menos gases de efecto invernadero emite pero que más sufre los efectos del cambio climático. Este es el momento de impulsar una transformación global de la economía que vaya de acuerdo con los niveles de desarrollo y que los estándares exigidos no impongan cargas excesivas que resulten en costos adicionales lesivos a la competitividad y la producción de nuestros bienes y servicios.
Es justo y necesario además, que la inversión para restaurar nuestros recursos naturales afectados por el calentamiento global creado por los países que han generado más CO2, sean los que paguen por las enormes inversiones a realizar.
- La actual crisis financiera y mayor endeudamiento provocado por la pandemia no solo puede ser dejada a ser resuelta incrementando los impuestos en nuestros respectivos países con sus consecuentes presiones sociales y posibles alteraciones de la paz. Debemos ser creativos, estamos convencidos de que, sin costo para sus gobiernos, las instituciones financieras multilaterales y bilaterales pueden otorgar facilidades crediticias a través de mecanismos transparentes y accesibles, concertados y no discriminatorios, que contribuyan a que los países en dificultades recuperen con prontitud la sostenibilidad financiera y el acceso a los mercados financieros internacionales, con tasas preferenciales que no sean afectados por el índice de riesgo país.
- Nuestro tercera y final recomendación de acción es sobre Haití. Desde que asumimos el poder, hemos venido anunciando la posibilidad de que la situación haitiana pueda desbordar las fronteras de ese país, incidiendo como un factor de inseguridad en la región. De ahí, la necesidad de que esta comunidad de naciones asuma con urgencia y de una vez y por todas, la crisis haitiana como una de altísima prioridad y de permanente seguimiento.
Hemos notado que recientemente algunos gobiernos han adoptado medidas para afrontar las consecuencias de la crisis haitiana. Por años, cada día, nuestro país ha encarado, prácticamente solo, estas consecuencias. Estamos convencidos que ninguna acción unilateral será suficiente para superar esa dramática situación.
Es imperativo manifestar de la manera más firme y tajante posible que la comunidad internacional no debe, ni puede, abandonar al pueblo haitiano en este momento en que los niveles de inseguridad lo están llevando a su autodestrucción.
Y quiero decirlo hoy de la manera mas sincera y fuera del lenguaje diplomático.
Ante la división actual que existe entre el liderazgo haitiano, y la peligrosa presencia de bandas criminales que controlan una buena parte de su territorio, los haitianos por sí solos no podrán pacificar su país y mucho menos garantizar las condiciones para establecer un mínimo de orden.
Consecuentemente, lo más importante e inmediato es la seguridad en Haití.
Solo después de haberlo logrado, pueden llevarse a cabo unas elecciones libres, justas y confiables. Entonces, con un nuevo Gobierno como interlocutor legítimo, se deberá preparar un verdadero plan integral de desarrollo económico y social, con todos los recursos necesarios y apoyado solidariamente por la comunidad internacional, pues ya no se puede pensar únicamente en medidas de carácter humanitario.
A este solemne cónclave le manifiesto que la República Dominicana ha mostrado y seguirá mostrando la solidaridad y la colaboración debidas con el pueblo haitiano, pero también les reitero que NO HAY, NI HABRÁ JAMÁS UNA SOLUCION DOMINICANA A LA CRISIS DE HAITÍ.
La cantidad de retos que enfrentan nuestros Estados es significativa para la construcción de un mundo bajo el estandarte de la igualdad. Sin embargo, no debemos enfrentarlos solos; la integración y el multilateralismo son las vías idóneas para avanzar hacia la meta sin dejar a nadie atrás.
Tengo la firme convicción de que cada día se seguirá renovando y fortaleciendo el liderazgo de las Naciones Unidas. El Estado dominicano reafirma su compromiso con los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas: la paz, la dignidad humana, la justicia, el progreso social y la libertad.
Avancemos con firmeza hacia un Estado de bienestar renovado y más equitativo.
No podemos fallarles a nuestros pueblos. No podemos fallarle a la historia.