Fue en 2019 cuando sumaron al uruguayo Picart a la pareja, convirtiéndose en un vínculo poliamoroso o trieja. El más joven conoció a Max primero, y luego este le presentó a Willi. Dicen que la conexión fue inmediata y todo fluyó.
De hecho, aseguran que durante la pandemia los tres por separado y sin decirse comenzaron a buscar departamento para compartir. Al final, llegaron a un acuerdo y se fueron a vivir todos juntos.
Cabe destacar que Willi y Max están casados legalmente y Capi de manera simbólica se sumó a la unión. Max es hotelero, Willi es contador y Capi es programador de sitios web y aplicaciones.
“No es que hubo una propuesta formal o romántica y todo eso. Al año de estar juntos, sí diseñamos unos anillos e hicimos un compromiso sin ponerle demasiado nombre. Pero cuando recibimos una propuesta de mudanza a Luxemburgo fue cuando dijimos, bueno, estaría bueno hacer y formalizar justamente el casorio con todo el simbolismo y cargado un montón de cosas que queríamos hacer”, reveló Max a La Nación.