Un grupo de ciervos se refugiaron de la lluvia en una estación de tren
Redacción Internacional.- Japón celebra el final de la temporada de monzón, allí conocido como “tsuyu”, que afecta al país desde mediados de julio hasta finales de julio. Durante este período, las lluvias acostumbran a ser constantes y pueden causar inundaciones importantes en algunas zonas.
En este año 2023, el sudoeste del país se ha visto afectado por lluvias récord que han obligado a las autoridades a emitir la máxima alerta meteorológica y han dejado al menos una decena de desaparecidos y un muerto.
En las últimas horas, se ha hecho viral un tierno vídeo grabado en Nara en el que se ve a un grupo de humanos refugiándose de las lluvias bajo un porche, acompañados de un numeroso grupo de ciervos.#NT5FindeSemana #NTelemicro5 #LoÚltimo #ciervos #lluvias #Japón #Nara… pic.twitter.com/26B1K21lXu
— Noticias Telemicro (@NTelemicro5) July 30, 2023
Ahora bien, la llegada de un anticiclón ha disparado las alarmas por el motivo contrario. Las autoridades han alertado a los ciudadanos que los termómetros pueden superar los 35 grados centígrados en varios puntos del país y han pedido que extremen precauciones contra posibles golpes de calor y repercusiones para la salud.
En las últimas horas, se ha hecho viral un tierno vídeo grabado en Nara en el que se ve a un grupo de humanos refugiándose de las lluvias bajo un porche, acompañados de un numeroso grupo de ciervos.
Y es que Nara es conocida mundialmente por ser el paraíso de los ciervos. La leyenda popular nipona cuenta que en siglo VIII se fundó el templo Kasuga Taisha en la ciudad y en su honor el dios Takenomikazuchi-no-mikoto fue invitado a visitar el santuario.
Este dios apareció a la cita montado a lomos de un ciervo blanco, por lo que desde entonces estos animales han sido venerados como mensajeros divinos y hoy en día continúan protegidos como “tesoros nacionales”. De hecho, matar a un ejemplar está sancionado con la pena de muerte.
Por este motivo, estos animales campan a sus anchas por toda la ciudad del sur de Japón. Se calcula que más de 1.200 ejemplares deambulan libremente por la zona y es habitual verlos rodando a las personas que van por la calle en busca de comida.
Tanto es la fascinación que se tiene en esta ciudad por los ciervos que incluso decoran el transporte público con imágenes de ellos.